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  • Foto del escritorLiz Torres

No hay empoderamiento femenino sin autonomía económica


En este articulo me gustaría que reflexionáramos sobre un tema muy

importante para la mujer: la autonomía económica y sus efectos.


La Organización de las Naciones Unidas ONU advierte que la mayoría de las

personas en estado de pobreza en el mundo son mujeres y a ello debemos el

término: feminización de la pobreza.


Importantes organizaciones internacionales, como es el caso de la

Organización Internacional del Trabajo OIT, reflejan que las mujeres realizan

mas de un 70% de trabajos no remunerados.


¿Por qué ocurre esto? Esta realidad es consecuencia de leyes o prácticas

discriminatorias, problemas no atendidos apropiadamente como los embarazos

adolescentes, la falta de acceso de la mujer a la educación o mercado de

trabajo, la violencia, el abuso sexual, las responsabilidades domésticas.

Insólitamente, aún seguimos evidenciando en el mundo creencias religiosas o

culturales, según las cuales la distribución equitativa de las tareas del hogar

entre los miembros de la familia y el acceso de la mujer a la educación,

mercado laboral y producción de ingresos llega a ser considerada una

amenaza para su pareja, algún miembro de la familia o la sociedad.


En este sentido, creemos que la mujer tiene el derecho a elegir la vida que

quiere vivir, sin discriminación alguna. Y que muy por el contrario, las mujeres

que se preparan, trabajan y generan ingresos no se convierten en una

amenaza para alguien, sino que aumentan su calidad de vida y la de los

miembros de su familia. Un estudio científico realizado en Brasil reveló que

cuando la mujer produce y aporta a la casa, aumenta la supervivencia,

especialmente de los niños, hasta un 20% y se incrementan los recursos

destinados a educación, nutrición y sanidad. Cuando la mujer aporta ingresos a

su hogar es más fácil cubrir las necesidades básicas e incluso mejorar las


condiciones de su vivienda, los recursos para alimentación, transporte, salud,

esparcimiento, entre otros y las oportunidades para una mejor educación y

empleo.


Por otra parte, generar ingresos propios, tener bienes propios o rentas,

aumenta la seguridad y capacidad de la mujer para negociar o tomar

decisiones sobre su vida y los asuntos relevantes para su hogar y familia y la

hace menos vulnerable frente a la violencia u otras formas de abuso. Ten en

cuenta que depender económicamente de tu pareja u otro miembro de la

familia te dificultará que tomes decisiones con libertad.


Finalmente, la autonomía económica de la mujer, que involucra un altísimo

porcentaje de la población mundial, es un buen negocio. Mejora el crecimiento

económico y garantiza la satisfacción de las necesidades presentes y futuras,

contribuyendo con el desarrollo sostenible del planeta. De acuerdo con la ONU,

se proyecta que si hombres y mujeres participaran en el mercado laboral en

igualdad de condiciones habría un significativo aumento en el Producto Interno

Bruto o riqueza mundial, por ejemplo, de un 9% en América y un 13% en

Europa.


Concluimos entonces que la autonomía económica de la mujer mejora su

calidad de vida y la de todos los miembros de su familia, le aporta libertad,

seguridad y capacidad para tomar decisiones sobre los diferentes aspectos de

su vida, casa y familia y contribuye a aumentar el crecimiento económico, la

riqueza y sostenibilidad del planeta.


Te invito a sumar esfuerzos para promover la creación y aplicación de leyes y

prácticas que garanticen la igualdad de oportunidades de la mujer en materia

de educación, mercado de trabajo, condiciones laborales, y si eres

emprendedora, ejecutiva o gerente en alguna empresa, te exhorto a que

impulses la incorporación de mujeres al trabajo en condiciones apropiadas y su

independencia económica.

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